"ECOTURISMO ESTRATÉGICO, TURISMO RESPONSABLE"

lunes, 13 de marzo de 2017

Una píldora muy natural que puede curar muchos de sus males


Un libro revela la más reciente evidencia sobre los beneficios para la salud de dar un paseo por la naturaleza. Podría ayudar a bajar el estrés, controlar la hipertensión y remitir el cáncer.

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VIDA MODERNA | 2017/03/11 23:00

Una píldora muy natural que puede curar muchos de sus males
Un libro revela la más reciente evidencia sobre los beneficios para la salud de dar un paseo por la naturaleza. Podría ayudar a bajar el estrés, controlar la hipertensión y remitir el cáncer.
Caminar por la naturaleza beneficios para la salud  Los paseos por la naturaleza desacelerarían el proceso de envejecimiento. También mejoran la digestión, pues en la medida en que el cuerpo se relaja el sistema nervioso entérico, que controla el aparato digestivo, hace mejor su trabajo. 

En 2008 la Organización de las Naciones Unidas anunció que por primera vez en el mundo más gente vive en las ciudades que en el campo. Aunque es fácil percibir esa estadística como un progreso, ser citadinos ha dejado maltrecha la salud de los Homo sapiens. Estrés, depresión y otros desórdenes del ánimo provienen de vivir en estos lugares donde los trancones son el pan de cada día, el tiempo para llegar del trabajo a la casa es cada vez mayor y el estrés enferma los corazones.

“Sufrimos una epidemia de distanciamiento del aire libre y eso está destruyendo la salud mental y física de las personas”, dice Florence Williams, autora de The Nature Fix, un libro que ofrece el antídoto: salir de esa jungla de concreto y sumergirse en un parque o reserva natural al menos por 15 minutos diarios. “Puede calmar el sistema nervioso al bajar la presión arterial, reducir las hormonas del estrés, estimular la atención y la curiosidad y generar conexión con otras personas”, dijo la autora a SEMANA. Además, no cuesta y no necesita fórmula médica.

No es nueva la hipótesis de la biofilia, que plantea que el ser humano siente un amor innato por la naturaleza, pues el biólogo Edward Wilson la propuso en 1984. En 2005 el periodista Richard Louv hizo una argumentación similar en su libro Last Child in the Woods, al señalar que quienes viven encerrados en sus casas u oficinas sufren el desorden de déficit de naturaleza. La propia Florence Williams vivió en carne propia esa desconexión cuando se mudó del campo a la ciudad. A raíz de esa experiencia ella recopiló toda la evidencia sobre la importancia de la naturaleza en el bienestar.

Seis claves para acabar con el estrés

Aunque es una ciencia que apenas da sus primeros pasos, encontró material para un libro. Esto se debe a que en los últimos años los investigadores han podido estudiar en condiciones de laboratorio lo que sucede en la mente cuando se expone a la naturaleza. Liisa Tyrväinen realizó uno de estos trabajos en Finlandia para observar el efecto en la gente de tres diferentes escenarios: en una zona urbana, en un parque de una ciudad bulliciosa y en un bosque. Luego del experimento los participantes que permanecieron 15 minutos en el parque o en el bosque se sintieron psicológicamente recuperados. 

En otros lugares del mundo ha aparecido evidencia similar. Los expertos en Inglaterra observaron que cuando la gente hace su actividad física en espacios naturales experimenta menos rabia, fatiga y tristeza. En Japón cientos de individuos estresados se autorecetan baños de naturaleza para bajar sus niveles de ansiedad y aumentar su felicidad. Para lograrlo caminan por senderos donde respiran los aceites y aromas naturales emanados por los árboles. En ese país, Qing Li encontró que este tipo de actividad incrementa los niveles de células T del sistema inmune, que ayudan a destruir los tumores y los virus.

Aunque la mejor dosis es un bosque alejado del mundanal ruido, todo parece indicar que un parque logra también efectos formidables. Gregory Bratman de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, encontró que caminar 50 minutos en uno de estos oasis verdes mejora la atención y el ánimo de las personas, así como su memoria de trabajo. Un paseo más largo, de 90 minutos, produjo cambios en el cerebro que podría protegerlas de depresión.

“La gente que vive a un kilómetro de un espacio verde tiende a bajar su riesgo de infarto, derrame, migraña y depresión. Los niños que juegan afuera tienen menos síntomas de ADHD”, dice Williams.

Caminar en medio de la naturaleza provoca estos beneficios no solo porque implica romper la rutina y descansar del trabajo. Hay evidencia de que la naturaleza en sí misma tendría elementos sanadores. Se cree que el olor de los bosques beneficia al ser humano, así como los aerosoles, gases suspendidos en el aire que actúan como sedantes al tiempo que estimulan la respiración. También puede ser el sonido ambiente pues está comprobado que el ruido del agua, y en especial el canto de las aves, ayuda a mejorar el estado de ánimo de las personas.

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Algunos creen que las gotas de la lluvia, la disposición de las hojas y todo en la naturaleza está organizado según un patrón fractal. Teniendo en cuenta que la retina del ojo humano también sigue ese patrón al observar, estar allí generaría ondas alfa, las mismas que se producen durante la relajación. Para otros el factor ‘sorpresa’ de la naturaleza provoca el efecto: maravillarse con la belleza de estos ambientes reduce la hormona cortisol y se asocia a un mayor sentido de generosidad hacia los demás. “Aunque aún están tratando de resolverlo, se cree que unos elementos funcionan mejor en ciertas personas que en otras”, explica Williams.

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Las ciudades, a pesar de todas las cosas buenas que ofrecen, provocan lo contrario. Según Williams allí el cerebro se involucra más en resolver problemas de manera exhaustiva mientras que en el campo prefiere la reflexión pacífica. “Los estudios muestran que cuando la gente camina en medio de la naturaleza se obsesiona menos con pensamientos negativos”, dice. Por eso, el mensaje de su libro no es solo para los ciudadanos, sino para sus dirigentes. Y el mejor ejemplo es Singapur, la tercera ciudad más densa del mundo que “en los últimos 15 años ha incrementado el cubrimiento verde de 35 a 50 por ciento porque sus gobernantes han priorizado integrar la naturaleza en el tejido urbano”. 

La clave es hacerlo regularmente. Según Williams un mínimo de cinco horas al mes son suficientes para prevenir la depresión. Recomienda no llevar a estos paseos el celular pues lo ideal es involucrar todos los sentidos, estar conscientes del momento y desconectarse del estrés urbano. El efecto es inmediato y para demostrarlo Williams cita al filósofo John Muir, quien decía que “ir a la naturaleza es como volver a casa”. 

martes, 7 de marzo de 2017

Ecoturismo Estratégico Turismo Sostenible en Colombia : “Hoteles cinco estrellas en parques nacionales producen segregación social”

Ecoturismo Estratégico Turismo Sostenible en Colombia : “Hoteles cinco estrellas en parques nacionales producen segregación social”

“Hoteles cinco estrellas en parques nacionales producen segregación social”

http://www.semana.com/nacion/articulo/parques-naturales-manuel-rodriguez-habla-del-ecoturismo/517715

El exministro de Ambiente Manuel Rodríguez critica duramente la propuesta de la ministra de Comercio de construir alojamientos en las áreas protegidas. Lo califica de una barbaridad.

Semana.com: Usted ha sido una voz muy crítica de la posibilidad de construir hoteles en los Parques Nacionales.  ¿Le preocupa el decreto que tramita el Ministerio de Comercio en ese sentido?

Manuel Rodríguez: Los parques deben ser para los colombianos, para que todos puedan tener acceso de una forma democrática sin segregación alguna. Y uno de los problemas que hay con este tipo de alojamientos cinco estrellas en los parques es que precisamente producen segregación social. El decreto llama la atención porque la política del turismo en parques ya estaba establecida. El mismo Gobierno estableció que dentro de las áreas protegidas no se construían hoteles. Hay muchas razones que sustentan esa decisión.

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Semana.com: Sin embargo, muchos aseguran que en otros países del mundo sí existen hoteles en los parques…
M. R.: Sí, eso dicen. Se pone como ejemplo los parques de África, que se caracterizan por sus buenos alojamientos pero que manejan un sistema con una segregación absoluta. Es muy extraño encontrar a un africano dentro de un parque nacional de allá. Y eso sería completamente indeseable en Colombia.

Semana.com: ¿Ese turismo?  
M. R.: Lo que pasa es que la prioridad de los parques es la conservación. En las áreas protegidas existe la oportunidad de hacer ecoturismo y educación. Yo toda la prioridad en el futuro se la daría a la educación. Los parques deberían ser el gran escenario de aprendizaje de colegios y universidades. El gobierno debería hacer un esfuerzo grande a través del Ministerio de Educación para colegios públicos y exigirle a los privados que lleven a los niños a estos escenarios como parte de la educación ambiental. No sé por qué estamos hablando de que los dividendos de la paz en los parques es producir divisas. ¡No!

Semana.com: ¿Siente ese decreto como un mal síntoma de ese panorama que usted había vaticinado del daño que le iba a hacer el posconflicto a esas áreas protegidas?

M. R.: El posconflicto puede hacer mucho daño al medio ambiente. Y uno de los daños que puede hacer es justamente ese tipo de errores monstruosos: Pensar que los parques son sitios para la diversión de extranjeros. Incluso en el decreto que estaba en el proyecto decía que en todo sitio que tenga un gran atractivo debía construirse una infraestructura turística. 

Eso no tiene ningún sentido. Lo importante es que estamos a tiempo de que no se cometan barbaridades y por eso debemos trabajar muy fuertemente en que un decreto como ese no tenga ninguna realidad.

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Semana.com: Entre las menciones que hace el proyecto de decreto se habla de la creación de un Comité Nacional de Turismo Naturaleza que dejó por fuera el Sistema Nacional Ambiental…

M. R.: Eso es completamente absurdo y absolutamente ilegal. La razón es que quien tiene toda la competencia sobre los parques nacionales es el Ministerio de Medio Ambiente y mediante un decreto no se le puede quitar funciones ni al Ministerio ni a los Parques Nacionales. Pretender que los Parques Nacionales no estén ahí indica la mala intención del decreto. Consideran que serían un “obstáculo” para que se conviertan en un gran centro de producción de divisas. Cuando se excluye a los parques se da una señal muy clara: que la prioridad del turismo ecológico es producir ganancias económicas. Y tan poca prioridad tiene la conservación en esa actividad que se excluye a los parques. Es lo más absurdo que he oído en la vida.

Semana.com: ¿Por qué?
M. R.: Es como si mañana el Ministro de Ambiente proyectara un decreto en el cual este se convierte en la autoridad de las políticas de comercio exterior en el campo agrícola sin incluir al Ministerio de Comercio y sin tomarlo en cuenta. Eso no tiene sentido. Es una usurpación de funciones, ni siquiera hay que discutirlo. La autoridad en Colombia de esas áreas protegidas es el Ministerio de Medio Ambiente y la Unidad Especial de Parques Nacionales.
Semana.com: ¿Usted ve viable algún modelo de turismo de naturaleza que no segregue y que tampoco le haga daño a las áreas protegidas?

M. R.: Le voy a poner un ejemplo para explicar lo que puede estar a punto de pasar con los parques. Es como si uno dijera que una parte de la Plaza de Bolívar es para los de estratos seis y la otra para los de estrato dos. A los bienes públicos pueden acceder todos los colombianos. Obviamente en los parques nacionales hay restricciones, pero estas se deben dar es por la capacidad de carga. 

A lo que yo me refiero es que si hay que establecer una prioridad, yo propongo que sea la educación. Si lo que quiere el Ministerio de Comercio es un turismo de naturaleza que le produzca divisas pues en Colombia hay miles de hectáreas que no son parques nacionales, y que tienen unas bellezas escénicas y naturales extraordinarias. Entonces lo que debería hacer el Ministerio de Comercio es crear los incentivos para que el sector privado cree áreas protegidas privadas, donde se pueda hacer ecoturismo y donde se pueda hacer turismo de naturaleza con gran libertad.

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Semana.com: ¿Cómo se podría hacer eso?
M. R.: El sector privado está en todo su derecho de comprar unas tierras, hacer allí unos hoteles con licenciaturas ambientales. Creo que ahí hay una gran oportunidad. Lo que no tiene sentido es privatizar los parques.

Semana.com: Usted ha sido muy crítico de la gestión del ministerio de Ambiente ¿Cómo le ha parecido el trabajo que ha hecho Luis Gilberto Murillo?

M. R.: La propuesta de realizar una reforma ambiental vía fast track podría dar el momento para que el ministro demuestre su capacidad. Es una oportunidad importante para fortalecer el ministerio de Medio Ambiente, las Corporaciones Autónomas Regionales y los Institutos de Investigación. Recientemente he sabido que el ministro tiene muy claro que el tema de los hoteles en los parques es una acción inadmisible del Ministerio de Comercio y que está dando la pelea dentro del gobierno. Él ha preferido no salir a la esfera pública a debatir con la ministra de comercio, sino dar la batalla internamente.

Semana.com: ¿Qué piensa del fallo de la corte que frenó el proyecto de Marmato?

M. R.: Es una nueva judicialización de la política ambiental en Colombia. Creo que las cortes están mostrando cómo el poder ejecutivo (Ministerio de Ambiente, Ministerio de Minas, Ministerio de Agricultura) está permanentemente violando la constitución y la ley en relación con la protección del medio ambiente. Entonces las cortes intervienen y eso me parece positivo, que hagan sentencias en donde respondan al derecho de todo colombiano a un ambiente sano, y a los derechos y deberes que tiene el Estado en relación con su protección. Si hay vacíos, omisiones o acciones que van en contra de las reformas de la constitución y la ley para proteger al medio ambiente pues qué bien que intervengan las cortes.

viernes, 3 de marzo de 2017

Parques naturales: ¿para conservación o generación de divisas?

2 Mar 2017 - 12:05 AM
Tatiana Pardo @Tatipardo2


Revive discusión por la construcción dentro de áreas protegidas. Mincomercio quiere fortalecer el ecoturismo y tomar decisiones sobre estos ecosistemas. Ambientalistas se oponen a la idea y dicen que la conservación es la prioridad.


Sigilosamente se ha estado cocinando en el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo (Mincit) un proyecto de decreto que busca darle facultades especiales a esta cartera sobre los parques nacionales naturales (PNN) del país. Según el documento, que conoció El Espectador, el objetivo de la iniciativa es establecer la hoja de ruta para el desarrollo del ecoturismo dentro de las áreas protegidas. ¿El problema? Estas zonas no son para promover la industria turística, sino para conservar ecosistemas estratégicos y de vital importancia. Un paso mal dado que podría no tener reversa.


El proyecto contempla que “el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo,formulen la política nacional para la promoción del ecoturismo, etnoturismo, agroturismo, acuaturismo y turismo metropolitano”, además de definir cuáles son los PNN “donde se podría hacer turismo de naturaleza”.


No hay duda de que las 59 áreas protegidas en Colombia son un atractivo turístico apetecido, y lo son mucho más desde la firma de la paz con el grupo guerrillero de las Farc. Sólo el año pasado, los parque naturales recibieron 1’446.716 turistas, la cifra de visitas más alta registrada en su historia. Veintinueve de ellos tienen un potencial ecoturístico, lo que significa que se puede hacer avistamiento de aves y ballenas, actividades de alta montaña y escalada en roca, espeleología, senderismo, buceo y camping, siempre y cuando sea bajo condiciones que respeten la naturaleza, que es lo primordial.


“El hecho de que el Ministerio de Comercio quiera administrar, junto con Parques Nacionales Naturales, estas áreas es un gran problema. Ellos no son una entidad del sector ambiental y tienen una visión completamente diferente a la de nosotros, donde la prioridad es la conservación de la biodiversidad para enfrentar el cambio climático y garantizar la seguridad de las comunidades”, explicó la directora de PNN, Julia Miranda. “Es cierto que el ecoturismo es importante, pero es más importante proteger los ecosistemas. La coordinación entre las entidades es bienvenida, pero no la injerencia en la toma de decisiones cuando no hay competencia en el tema”, remató.


Según Parques, no existe ningún fundamento jurídico para proponer una regulación normativa bajo la figura de una “administración coordinada” o “administración conjunta”, dado que la información relacionada con los servicios que se ofrecen dentro de las áreas protegidas, las actividades permitidas, la capacidad de carga o la modalidad de operación son funciones que les corresponden exclusivamente a ellos.


Pero la ministra de Comercio, María Claudia Lacouture, asegura que el turismo es el futuro de Colombia y que “tenemos que tomar un buen pedazo de esa torta”.


De acuerdo con Lacouture, hay que copiar modelos como el de Costa Rica, donde el 25 % del territorio es reserva natural y el sector privado es el encargado de mantenerlo. “Son los privados quienes velan por el desarrollo de las regiones, por mantener y adecuar los parques. El gobierno colombiano no tiene los recursos económicos ni los recursos humanos para hacerlo, por eso creemos que el desarrollo económico tiene que ir de la mano del ecoturismo. No hemos pedido que nos pasen a PNN, pero sí queremos quitar el miedo de incentivar el turismo sostenible dentro de un área protegida”, dijo la ministra.


Según cifras de su cartera, el turismo en Colombia está pasando por un gran momento que no hay que desaprovechar: se alcanzó la cifra más alta de turistas extranjeros en la historia del país (4’447.000) y han ingresado US$5.251 millones por concepto de viajes y transporte, “lo que deja al turismo como el segundo generador de divisas del país después de los productos minero-energéticos, como el carbón, y otros como el café y las flores”, dice Lacouture.


Sin embargo, otra de las propuestas que tienen preocupados a los ambientalistas tiene que ver con la creación del Comité Nacional de Turismo de Naturaleza, como instancia de alto nivel conformada por Minambiente y Mincit, los cuales serían los encargados de plantear la hoja de ruta en este campo. La construcción y el funcionamiento de infraestructuras para el alojamiento y servicio de hospedaje en las áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales serían algunas de sus facultades.


“La propuesta pretende que se desarrolle turismo de naturaleza con un enfoque sectorial de desarrollo económico y de rentabilidad, que privilegia o le da un tratamiento preferente al uso o actividad por sobre los objetivos de conservación”, dice PNN. Para la entidad, los objetivos de conservación determinan y condicionan las actividades que puedan desarrollarse dentro de ellos, lo que significa que, aunque exista todo el potencial para hacer ecoturismo o turismo de naturaleza dentro de un área protegida, no necesariamente deberá hacerse.


El documento dice más adelante que también busca “promover la construcción de alojamientos, hospedajes y plantas turísticas amigables con el medio ambiente” y “construir nuevas infraestructuras”. Aquí es donde vuelve a revivir la discusión, que de por sí es vieja.


Hace unos años, los polémicos proyectos hoteleros Six Senses y Los Ciruelos, que se pensaban construir en el Parque Tayrona en el 2012, pusieron el dedo en la llaga de los ambientalistas, quienes consideraban que iban en contra de la naturaleza de los PNN.


De esa discusión nació la resolución 531 del 29 de mayo del 2013, que estableció los criterios para determinar, cada cinco años, cuáles son las áreas con vocación ecoturística en el país. El artículo 5 de ese documento dice que “el único tipo de alojamiento permitido para pernoctar será el uso de carpas y hamacas”, por lo que la directora Miranda teme que los intereses del Mincit vayan por otro lado, sin reconocer que “una cosa es la recreación y el ecoturismo, y una muy diferente la industria hotelera”.


Aunque para la directora del Instituto Alexander von Humboldt, Brigitte Baptiste, el ecoturismo dentro de los PNN es deseable y muy necesario, pues es educativo, divertido y genera amor por el país, no debe reducirse a la construcción de alojamientos.
“PNN debe abrirse a visitantes. Hay decenas de lecciones aprendidas, pero debemos crear una identidad propia, no copiarle a nadie. Colombia es uno de los últimos países en integrarse al turismo de naturaleza y debe hacerlo con la prudencia y el orgullo de ser el país más rico en biodiversidad del planeta, no un mercado de franquicias. Somos especiales”, dijo Baptiste.


Para ella, “el turismo en PNN debe tener como prioridad a los colombianos, privados de su naturaleza por el conflicto armado. Sería terrible enviar un mensaje de paz hecho sólo para atraer divisas”.
En ese punto, PNN espera fortalecer el turismo comunitario, mas no las concesiones a privados, en áreas protegidas ubicadas en zonas donde la violencia estuvo latente. Katíos, Tatamá, Tinigua, Picachos, Selvas de Florencia y Paramillo serán el plan piloto para a poner en marcha el ecoturismo.


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http://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/parques-naturales-para-conservacion-o-generacion-de-divisas-articulo-682521